sábado, 25 de diciembre de 2010

Ser pintor del Barroco en el siglo XXI



Fotografía tomada durante el año 2.010

Con el proyecto “Marionetas” se intenta retroceder en el tiempo hasta alcanzar la época más importante en el desarrollo del arte occidental, el barroco.
Fue un movimiento artístico que abarcó el campo de la literatura, la música, la danza, la escultura y la pintura. El barroco ocupó un largo periodo, principalmente durante los años 1600 hasta 1750 aproximadamente. Este movimiento artístico se basó en el uso de la metáfora y la alegoría, expresando también el dolor psicológico del ser humano. El barroco tenía una forma especial de tratar al hombre, enfocando al hombre como ser individual.
Lo que se persigue en este proyecto es adaptar la pintura barroca del siglo XVII a nuestros tiempos, el siglo XXI. Para ello se recuperará la metodología con la que los pintores del barroco realizaban sus obras para llevarlo a la actualidad. En nuestros tiempos la pintura es una expresión artística muy amplia, con pocas restricciones en la técnica académica, para darle más libertad a la creatividad del artista. De este modo el arte actual tiene un gran abanico de variedad en cuanto a las expresiones artísticas, podemos encontrar pintura naif, cubista, abstracta, o pintura conceptual, pero prácticamente la pintura barroca ha perdido una gran importancia entre los pintores actuales.
Con el proyecto “Marionetas” se pretende recuperar el estilo de la pintura de antaño y volver a usar las lógicas de la pintura barroca sobre el lienzo. Sin embargo, tampoco se quiere descuidar en el proyecto un aire de actualidad, es decir, habrá en el proyecto una unión entre el estilo del barroco con una imagen actual, para hacer, de este modo, una clara diferenciación entre la pintura del siglo XVII con la de nuestros tiempos.
No se pretende copiar y reproducir los cuadros barrocos, sino retomar las técnicas del pasado y llevarlas a la actualidad, para ello se recurrirá a los mismos temas en los que el barroco se desarrolló, el uso del retrato, cuadros de género, costumbristas, paisajes, etc. Con una búsqueda constante del realismo al tiempo que se favorecerá una tendencia con lo teatral, con lo efectista y un gran contraste entre la iluminación y el tenebrismo. Aunque para darle un aire innovador se intercambiarán a las personas de carácter real, por marionetas de madera. Serán las marionetas los que protagonicen la nueva sociedad barroca de nuestros tiempos, seres que aparentemente no pueden respirar, ni sentir, pero en la pintura estarán llenos de vida y cargados de humanidad.
El proyecto “Marionetas” es una ventana abierta ante un universo alternativo, donde no son las personas de carne y hueso los que protagonicen la cotidianidad, sino seres de madera, personajes de ojos expresivos y bocas grandes. Una comunidad similar a la nuestra pero estancadas en el tiempo, atrapados en una época pasada, pues sus hilos ya no son movidos por nadie.
Habrá una comunicación directa entre el observador de cuadros y las marionetas, aunque esta vez la relación del hombre con la marioneta será diferente, por tradición ,las marionetas fueron creadas para el entretenimiento del hombre y para sus espectáculos, siendo las personas quienes las dotan de voz y movimiento. Pero ahora las marionetas tendrán su propio mundo, independiente al del ser humano, serán retratadas en su mundo cotidiano, en su soledad y dotándolas de sentimientos humanos. El hombre se encontrará frente a esta sociedad de madera en las exposiciones de arte, y verá a dicha sociedad tan humana como la suya propia.
Este proyecto busca un equilibrio entre la belleza pictórica del siglo XVII con el estilo del presente, no es un mero proyecto de arte, sino un refugio para el pintor actual que desea revivir las experiencias artísticas del pasado.

Retrato marioneta de Rembrant


Retrato marioneta de Rembrant
2.010
116 x 89 cm.
Óleo sobre lienzo
Proyecto Marionetas

Inspirado en el "Autorretrato apoyando el brazo" de 1.639

Retrato marioneta de Don Sebastián de Mora


Retrato marioneta de Don Sebastián de Morra
2.010
116 x 89 cm.
Óleo sobre lienzo
Proyecto Marionetas

Abraham Moscardó toma como referente al pintor sevillano Diego Velázquez (1.599-1.660) , con su cuadro El bufón Don Sebastián de Morra. 
Esta obra fue realizada con el ánimo del aprendizaje, cuadros que A. Moscardó desarrolla teniendo a un pintor clásico como modelo de inspiración y referente. Tratando de aproximarse a la paleta de color, claroscuros, y uso de la luz de Velázquez.
Sin embargo, A. Moscardó no tuvo intención de hacer una copia fideligna al cuadro original, lo interpreta, lo marionetiza, y lo incluye dentro de su proyecto "Marionetas".


  El bufón Don Sebastián de Morra
1.645
106,5 x 81,5 cm.
Óleo sobre lienzo
Diego Velázquez
Museo del Prado, Madrid.

Escaleras al cielo


Escaleras al cielo
2010
50 x 70 cm.
Carboncillo y tinta sobre papel

No nos dejan hablar


No nos dejan hablar
2010
50 x 70 cm.
Carboncillo y tinta sobre papel

Dibujo que representa la poca tolerancia en cuanto a la comprensión artística que aún puede existir en nuestro tiempo, "No todas las obras pueden ser expuestas".




Boceto previo
Lápiz sobre papel A-4.

El diseño gráfico de Moscardó


En el campo del Diseño Gráfico asistido por ordenador destacan dos creaciones, la imagen de arriba, logosímbolo diseñado para la Cooperativa Valenciana Traserco, realizado en el año 2.008 durante el periodo universitario. Y la imagen de abajo, diseño de un símbolo creado para un Ingeniero Técnico Industrial, año 2.010.


Las primeras obras de Abraham Moscardó



Abraham Moscardó con 15 años de edad.

En este espacio dejaremos de lado, por un momento, la cronología del artista para dar a conocer una muestra de las primeras obras del pintor en su etapa infantil-adolescente.
Época donde estudiaba en el colegio religioso Jesús María, y descubría al mismo tiempo la pintura al óleo, tal y como vemos en el cuadro de abajo que desarrolló en 1.996, donde por primera vez, empieza a experimentar con el óleo y el lienzo.
Más abajo tenemos una serie de dibujos en blanco y negro que fueron la base inicial de una próspera evolución. Del cajón de las antigüedades recuperamos estas obras para dar a conocer los primeros pasos de un niño que empezó a expresarse, de un pintor que inició su camino desde la infancia, el origen artístico de Abraham Moscardó.


El primer cuadro.
Óleo sobre lienzo.
1.996
Pintado con 11 años de edad.

Este sencillo bodegón fue el primer cuadro que Abraham M. pintó al óleo a sus 11 años de edad. El cuadro presenta una resultado estético muy simple e infantil, pues se ven colores prácticamente sin mezclar, aplicados directamente del tubo, y con unas pinceladas muy toscas, que hicieron perder las proporciones del previo boceto. Sin embargo, una vez dada por terminada su primera pintura al óleo, recogió un aliciente que le haría desarrollar tanto el interés por el arte, como por su propia expresión pictórica.    


Muchacha con sombrero
Dibujo a lápiz sobre papel en A-4
1.999
Dibujado con 14 años de edad.


Autorretrato creado con 16 años de edad.
Dibujo a lápiz sobre papel A-4
2.001

Multitud de dibujos a lápiz realizó Abraham M. desde una edad muy temprana, como cualquier niño, garabatear sobre folios desechables fue una práctica diaria. Y mientras otros niños crecían y se acogían a otros juegos, Abraham M. no cesó de experimentar con los lápices, y poco a poco fue dejando la práctica del garabateo, para ir evolucionando a formas más reconocibles y complejas. 
A cada dibujo que realizaba, el salto técnico era mayor, al igual que el placer que sentía al hacerlos. No sólo sentía placer por las mejoras que se iban incorporando a su destreza creativa, sino porque también se estaba dando la oportunidad de ir apropiándose de un mundo personal e intransferible.    

La Virgen que se muestra abajo, fue el último dibujo que realizó antes de abandonar el colegio, e ingresar en el Bachiller de Arte. En el colegio religioso, una profesora admiró el dibujo, lo tomó e hizo una copia. El dibujo original fue entregado al autor, dibujo que todavía conserva, y la copia fue expuesto en el aula donde se impartían las clases. 
En la Virgen llorando, ya se ve un mayor dominio de las degradaciones tonales, y una mayor preocupación en cuanto al relleno de los espacios en blanco.   

Virgen llorando
Dibujo a lápiz sobre papel en A-4
2.000



Bodegón
Óleo sobre lienzo
2.001
Lienzo pintado a los 17 años de edad, inspirado por la pintura Barroca.


Fotografía tomada en el año 2001, en el que aparece Abraham Moscardó justo antes de abandonar el colegio religioso.

La obra de arte y su diversidad interpretativa.


Fotografía tomada en el año 2.009

Cuando hago una exposición veo a los visitantes pasear por la sala mientras miran mis cuadros. Muchos de ellos son visitantes "pasivos", miran las obras, y entiendan o no lo representado, permanecen en silencio, quedándose conforme con lo que han visto.
Otros visitantes en cambio, “los activos”, tal y como los nombro, tras mirar las obras les invaden una ola de curiosidades, no entendiendo lo que quise representar en algunas de mis obras, acuden a mí para que les resulva las inquietudes que mis creaciones han generado. Sin embargo, las cuestiones que me plantean, no fueron nunca unas de mis preocupaciones creativas, ni mucho menos un aspecto a tener en cuenta, cuestiones como: “¿Por qué has usado estos colores?”, “¿Qué significa la obra?” o “¿Por qué pintas este tipo de cuadros?”. Preguntas difíciles de responder en el momento de plantearlas, pues en muchas ocasiones reconozco que no pinto con una intención de significado, o con la idea de representar algo en concreto, simplemente, como en la mayoría de casos, me dejo llevar, ya sea desde lo emocional o desde el impulso creativo.

Cuando una imagen me viene a la cabeza, sea lógica o no, medito sobre ella unos instantes, posteriormente hago anotaciones escritas en una libreta, describiendo la imagen que he visualizado, hasta que termino representándolo sobre un lienzo o papel. Puedo concluir con todas las etapas de la creación plástica,  y aún terminando el cuadro, puede que no encuentre el sentido de la obra que he realizado, por ello, es frecuente que el título de mis cuadros no sea puesto hasta días después, cuando al fin puedo dar una explicación a la imagen que ha visto en la mente desde el principio.

Las imágenes que aparecen en mi mente pueden ser, símbolos de mi propia vida, sueños, o formas de interpretar el mundo, aunque a veces no soy consciente de ello. No obstante las represento, pues toda imagen tiene un significado al final, aunque sea en mi propio inconsciente.
He de decir que he llegado a una conclusión para las imágenes que pinto, tengan o no un significado. "La mente y la imaginación del ser humano es tan grande, y diversa, que puede dar significados a las obras de arte, aunque éstas, en un principio, no lo tengan o el autor no se lo haya dado.”
Lo que se quiero decir con esta afirmación, es que un determinado cuadro tiene una sola imagen visual, igual para todos, una imagen fija que todos percibimos del mismo modo. Sin embargo, la capacidad interpretativa sobre las cosas, sean cuadros, libros, filosofía, etc. cualidad innata que posee el ser humano, es lo que hace que la obra cobre una orientación significativa u otra.
Solo hay una obra de arte cuando la miramos en su estado físico, pero varias en cuanto a la interpretación se refiere. Por ello, un cuadro, o cualquier obra de arte, puede tener una multitud de significados, tantos como personas le hayan dado su interpretación individual.

La obra de arte es en sí una ventana abierta a las posibilidades, toda persona que mira una obra puede dotarla de una serie de significados que un principio no tenía, por ello también, la obra de arte es un organismo vivo que interactúa con el espectador. Por ello, las obras necesitan a los espectadores para que cobren sentido y estén vivas.
Por lo tanto, todos los cuadros pueden tener un significado, el espectador se lo da mediante la interpretación, aunque puede variar dependiendo de quién mire la obra. Pues el individuo tiene consigo una forma de ordenar el mundo, su concepción del mundo, su visión de la realidad, su cultura y su propia experiencia histórica.
Por ello, cuando un visitante activo me pregunta por el significado de mis cuadros, no es raro que pueda contestar: “Dime qué crees lo que estás viendo en el cuadro, entonces será eso lo que signifique para usted”.
Esto no quiere decir que quiera librarme de la responsabilidad de responder ante mi trabajo, ni que los significados reales de la obra, si es que los tuviera, permanezcan en secreto para el público. Simplemente invito a que el espectador dé a mis obras otros significados, para que reflexionen como los han visto, y para que las obras no contengan un argumento cerrado, que yo mismo le haya podido dar.

“Los admiradores de arte deben interpretar lo que ven y aportar sus propias ideas, independientemente de la intencionalidad del artista, o del argumento del crítico de arte, la obra se enriquecería así de significados y mensajes. Será entonces cuando el Arte se democratiza, el público se librará de las cadenas mentales, y de los dogmas preestablecidos del Arte, obteniendo así su propia libertad de pensamiento y el uso de la razón.” 

Abraham Moscardó