1. Buenos días a todos, como tengo costumbre hacer, voy a exponer las sensaciones y experiencias que he tenido a la hora de abordar el proyecto: “El introvertido niño que jugaba con barcos de papel.” El proyecto lo inicié el 02/08/21, hasta que lo culminé con mi firma el día 24/10/21. Lo que ocurrió entre ambas fechas fue toda una aventura artística que revelaré con mucho gusto, para aquellos que disfrutan del dibujo y sean curiosos en cuanto al saber de la metodología.
Por si hay un nuevo lector que empieza ahora a seguir mis crónicas de dibujante, haré un breve repaso sobre los materiales básicos que utilizo en este tipo de obras: Papel de dibujo Gvuarro de 100x70 cm., portaminas de grosor 0,7 mm., minas de micro carbón de dureza B STAEDTLER (En realidad no tengo manías con las marcas, pero llevo usando ésta en específico desde el 2014, y es la recomendaría), lápiz de dureza 4B STAEDTLER, goma blanca y difuminos MILAN, carboncillo negro, y laca para fijar el dibujo una vez que demos por concluida la obra.
1. El siguiente paso es hacer una exhaustiva recopilación de imágenes fotográficas para dibujar, antes de buscar las imágenes, es aconsejable saber sobre qué temáticas quieres trabajar, se ahorra mucho tiempo cuando ya tienes un esbozo sobre la obra que se quiere hacer, aunque sea mental. Sin embargo, si quieres buscar fotografías sin saber qué quieres encontrar, también sería un buen ejercicio para ir hallando la inspiración que perfilará el proyecto. En mi caso, ya tenía decidido que iba a trabajar con animales marinos y un niño, pero dándole ese toque onírico que han ido conformando mis producciones anteriores. Aunque eso sí, no supe qué animales marinos iba a representar hasta que la búsqueda fotográfica me los reveló, al final seleccioné unas 2 fotografías de pulpos, varias sobre caballitos de mar, de diversas especies y tamaños, otra variedad de fotografías de amonites, y otras tantas de peces de agua salada, entre ellos, los llamados “peces banderín”, que los veremos al detalle más adelante. Y por supuesto, fotografías de niños jugando, escoger un modelo de niño fue, en cierto modo, lo que más me costó, descarté a los niños que expresaran demasiada alegría o que jugaran en grupo. No necesitaba ese tipo de niños, quería uno menos común, un niño que inspirase romanticismo, que estuviera jugando solo, ausente del mundo exterior y centrado en sí mismo, en definitiva, un niño que diera a entender un aire de personalidad introvertida, ese sería el idóneo para el proyecto.
Una vez que ya tuve las fotografías seleccionadas, las ordené como si estuviera montando un puzzle, de esta forma empiezo a jugar con diferentes composiciones, que luego interpretaría dibujando. Os preguntaréis si es necesario u obligatorio pasar por estas búsquedas de imágenes fotográficas, la verdad es que no, pero sí sería muy aconsejable. Los artistas siempre han usado modelos para desarrollar sus obras, ya sea en un exterior para pintar un paisaje, teniendo un bodegón delante para captar sus colores y luz con mayor fidelidad, o teniendo a un modelo presencial para captar la anotomía del cuerpo humano. En mi caso, no puedo tener un pulpo o unos caballitos de mar al natural delante, por lo que la fotografía facilita mucho sus representaciones morfológicas. Cuantas más fotografías se tengan y más detalladas sean, menos espacio quedará para la invención, y con mejor registro se puede representar sus detalles, texturas y características. Otra cosa muy distinta es que se quiera jugar con sus proporciones, por ejemplo hacer los animales más grandes de lo habitual, como es en mi caso.
Como vemos en esta imagen, el primer elemento que situé sobre el papel fue el niño. Me gusta empezar, por decirlo así, por los personajes protagonistas, y obviamente el niño tiene el rol principal de la obra. Medí el papel en altura y lo dividí en dos, tracé una línea divisoria y dibujé al niño en la parte posterior de dicha línea. Desde que el niño apareció en la hoja, me marcó el resto de la composición, me indicó dónde estaría la parte inferior, las profundidades del agua, y dónde quedaría la parte exterior, la superficie. Y desde entonces, dicho niño fue mi compañía durante los casi tres meses que me llevó concluir la obra.
1. Aquí tenemos el primer animal marino que dibujé. Como ya habéis observado, no me gusta hacer un dibujo general de toda la composición, sino que termino las figuras al detalle aunque no sepa qué es lo que habrá alrededor. Quizás esto sea un defecto para algunos eruditos en la práctica del dibujo, sin embargo, siempre he funcionado así. Me gusta ver las figuras completas y terminadas antes de dar el salto a otra figura, es como ver un camino concluido y estar listo para adentrarse en otro tramo. Como si cada figura tuviera su propio mundo, y el conjunto de todas conformaran un universo. Primero veo y trabajo cada figura independientemente, y poco a poco las voy integrando en un mismo conjunto.
1. ¿Y por qué empecé por el caballito de mar? Intuición supongo, en la parte inferior de la línea divisoria está casi en el centro, así que este caballito de mar marcaría otra referencia para ir colocando el resto de la fauna marina.
1. La siguiente criatura, el pulpo, disfruté mucho con éste animal, es la primera vez que dibujo un pulpo, y con una fotografía delante me di cuenta de lo complejo y hermoso que era este animal, pliegues, venas, manchas, arrugas… es un animal muy orgánico, dotaría de movimiento visual al conjunto de la fauna. Como estás viendo, se ve la marca del papel, justo debajo del pulpo, nunca me ha preocupado por eso, se disimula bien a base de posteriores sombreados y rayados a portaminas, apenas se notará en el resultado final.
Detalle del niño, caballito de mar y el pulpo, estoy abarcando el papel en diagonal.
1. Detalle con el segundo caballito de mar. Prácticamente voy a hablar poco a partir de aquí. El proceso siempre es el mismo, encajar una figura en un espacio de papel, y acabarla al detalle, me entretengo mucho con los sombreados y tonalidades de gris para asegurarme de darle volumen, pues como he dicho anteriormente, me enfoco en terminar las figuras y después salto a la siguiente. Cada figura me puede llevar una sesión bastante generosa, especialmente en los caballitos de mar y en el pulpo, sobre todo en el pulpo, que abarcó varias horas. Miro a cada animal como si fueran clientes para retratar al máximo detalle.
Detalle de los caballitos de mar.
1. A esto me refiero con disimular la marca del papel, dibujo unas rocas y piedras incrustadas.
1. Inicio de dibujo del primer ammonites, también es la primera vez que represento un animal así. El fondo del mar no se compone sólo de peces, también hay moluscos con y sin conchas, estos animales dotarán tanto de variedad como de complejidad a la obra.
Incorporación de un enorme pez.
1. Incorporación del segundo pez. Los peces y sus largas colas dotarán de movimiento a todo el conjunto. En los peces grandes quise evitar la representación de perfil, todos los animales de perfil resultaría artificial, de esta forma, la sensación de un espacio vivo es mayor, aunque me reservaría el dibujar de perfil para los animales más pequeños.
1. Primeros esbozos del segundo ammonites. No me había dado cuenta en que había escogido fotos de ammonites de distintas especies, el primero tiene un ojo triangular y su concha parecía más redondeada, mientras que en el segundo ammonites su ojo es circular, y su concha algo más alargada.
1. Bien, ya había abarcado a todos los animales de mayor tamaño, ya me estaba quedando sin espacio blanco en la parte inferior del papel, por lo que decidí aprovechar los huecos que quedaban para incorporar animales de menor tamaño.
1. La fauna marina ya está completa, voy a comentar un detalle comparativo con respecto a su obra predecesora “El Pescador Imposible”.
He puesto de mi parte para que la obra de este año, “El introvertido niño que jugaba con barcos de papel”, supere en elementos y en detalles a la obra que realicé en 2020. Ya sólo en la fauna representada en ambas obras hay una diferencia, en “El pescador imposible” hay representados 7 animales, mientras que en “El introvertido niño…” hay 10. En “El pescador imposible” me limité a dibujar peces, mientras que en la presente obra añado moluscos y caballitos de mar. Esta fue mi manera de superar la obra de 2020, ya que cada uno decida qué obra le gusta más.
En esta fase también empiezo a esbozar el árbol en la parte posterior del papel. El árbol debía tener un protagonismo importante en la composición, su volumen tiene que competir con toda la composición marina de la parte inferior, el árbol establecerá un equilibrio entre el peso visual inferior con la posterior. El árbol abarca casi todo el papel, desde la copa que está en la superficie, haciendo sombra al niño, hasta las raíces que tocan las profundidades del agua. También procuré que el árbol tuviera un aspecto orgánico, como si respirara y tuviera venas propias, y para potenciar su naturaleza onírica, le incorporé un círculo en el tronco. Dicho círculo sólo es un elemento estético, no tiene otra función que acentuar el paisaje surrealista.
1. En el árbol también he seguido un riguroso orden, empecé trabajando por las raíces, y poco a poco fui avanzando hacia arriba hasta culminar en la copa.
1. Detalle, empecé a tantear como diferenciar el agua del aire, con un sencillo rallado homogéneo que representaría el agua, mientras que en la parte superior, donde estaría el elemento aire, dejaría el papel en blanco.
1. Detalle, con todo el fondo que representaría el agua con un homogéneo rallado. He saturado el rallado en las zonas donde quiero hacer más hincapié en las profundidades.
1. Doy por concluida toda la parte inferior del dibujo, ahora es cuando me centraría en toda la parte superior, especialmente en el árbol, dotándolo de majestuosidad y detalles en los sombreados.
1. Las hojas del árbol, fueron un verdadero quebradero de cabeza, la copa es grande, tiene una anchura de 63 cm. en su base, que se va estrechando a medida que la copa se va cerrando. No debía representar las hojas con precisión ni perfectamente perfiladas, aunque fue así como las comencé a dibujar, pero no me gustaron su resultado, no quedaban muy naturales, por lo que intenté hallar un registro distinto.
Finalmente abordé las hojas con un dibujo más accidentado, desde mi punto de vista, fue más importante emular una vegetación, que hacer cada hoja al máximo detalle. La copa del árbol debía transmitir masa y densidad, pero sin llevarse todo el peso visual de la composición. Por lo que una simulada vegetación sería suficiente.
1. Hice un par de pruebas en la misma copa del árbol, en la parte de la derecha dibujé unas hojas con un aspecto perfilado, desde mi punto de vista no quedaba natural, así que me decidí por las hojas que probé a dibujar en la parte de la izquierda, con un dibujo más accidental y divertido de hacer.
1. Y para concluir, resolví el fondo con un suave difuminado a carboncillo. No me gusta dejar en un dibujo tanto espacio en blanco, por lo que un suave difuminado dota a la composición de atmósfera, y el gris permite generar un túnel visual. Es decir, las grandes áreas blancas dan un efecto de expansión, hablando siempre desde las sensaciones visuales, mientras que el gris hace de contenedor, el gris de fondo recoge en su interior todos los elementos, y hace que el campo visual se concentre.
Aquí terminan las reflexiones que me han ido acompañando a lo largo del proyecto, si me habéis seguido hasta aquí con la lectura, os estoy enormemente agradecido, para mí es un placer compartir con vosotros cada experiencia y detalle de mi trabajo, aunque sea por éste medio.
Sólo me queda estrecharos la mano y daros un caluroso saludo.
Abraham Moscardó
Acompañando al introvertido niño en sus juegos de papel, o quizás yo sea ese niño y no me haya dado cuenta.
Fotografía artística de obra y autor, realizada el 16-12-2021.
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